¡Olvídate de excusas y entrena todo lo que puedas!

¡Olvídate de excusas y entrena todo lo que puedas!

Tener un arma de fuego guardada en tu casa no te hará conocedor ni un operador seguro ante una necesidad inmediata de defensa.

Un arma sin su entrenamiento adecuado es igual a un perro atado, el día que lo necesites y que te defienda, el animal asi no sabrá diferenciar entre el bueno y el malo, con el arma es lo mismo, la herramienta es la buena y tú serás el malo, las consecuencias están al alcance de tu ignorancia.

En el ámbito del combate con armas de fuego, es común escuchar términos como «tiro táctico» o «tiro defensivo», lo que puede llevar a una confusión sobre la naturaleza real del combate con armas de fuego. En nuestra opinión, es más adecuado hablar simplemente de «combate con armas de fuego», término que aprendimos del reconocido instructor Pat Rogers, quien lo denominaba «gunfighting» en inglés. La razón es sencilla: combatir con un arma de fuego implica mucho más que simplemente disparar. Aunque el disparo es una parte fundamental del combate, no es lo único que se requiere para triunfar en una situación real.

Desafortunadamente, a menudo nos enfocamos en aspectos como el estrés, la gestión del combate o la táctica, y nos olvidamos de la importancia fundamental de darle al blanco o silueta. Es como querer correr un maratón sin haber aprendido a caminar.

En primer lugar, es crucial dominar el manejo y control de la propia arma de fuego. Conocer a fondo el funcionamiento de la herramienta, sus mecanismos, posibles fallas y la forma de resolverlas, es esencial para poder responder de manera eficaz en situaciones de alto estrés. Ser capaz de disparar con precisión, incluso bajo presión, es otro aspecto primordial que debe forjarse mediante un entrenamiento riguroso y constante.

Más allá de la mera destreza en el tiro, el combate con armas de fuego demanda una mentalidad y preparación integral. Saber tomar decisiones rápidas, evaluar amenazas, maniobrar adecuadamente y mantener la calma son habilidades cruciales que deben desarrollarse a través de un entrenamiento realista y bajo condiciones de estrés simulado. No basta con ser un tirador experto si no se cuenta con la capacidad de reaccionar de manera eficaz en situaciones de alto riesgo.

Si no eres capaz de darle a la silueta en condiciones normales, sin presión y en un entorno controlado, ¿qué te hace creer que podrás hacerlo en una situación real de combate? La respuesta es simple: no puedes.

Plantéatelo en tu entrenamiento. Entrena para darle al blanco, primero en las mejores condiciones posibles ─lo más fácil─, al mismo tiempo que te preparas en todas las demás componentes de un combate con armas de fuego. No es nada nuevo que el entrenamiento bien hecho demuestra sus beneficios en combate. Es mejor dejarse de pajas mentales y comidas de olla y dedicarse a entrenar para darle a la silueta, pudiendo ser una brúcela de IPSC o un humanoide de IDPA, salvo que seas de los que utilizan la técnica de rociar y rezar, o eres de los que creen que en combate no hace falta agrupar.

El entrenamiento es la clave para superar esta incompetencia. No basta con inoculación de estrés o técnicas de relajación; lo que se requiere es un entrenamiento riguroso y sistemático para desarrollar la competencia necesaria para darle al objetivo dispuesto en un entrenamiento. Las mejores unidades y operadores de armas de fuego exigen un alto nivel de competencia de sus miembros, y no hay excuses para no alcanzarlo.

Por lo tanto, es hora de replantear nuestro enfoque en el entrenamiento. En lugar de enfocarnos en aspectos periféricos del combate, debemos centrarnos en la habilidad fundamental de darle al maldito cartón. Esto implica entrenar en condiciones ideales, primero, y luego avanzar hacia situaciones más realistas. No hay atajos ni excusas para no ser capaz de impactar donde se debe; la incompetencia solo puede ser superada con un entrenamiento riguroso y sistemático.

En resumen, debemos dejar de lado las excusas y enfocarnos en el entrenamiento efectivo. No se requiere ser un superhombre o super chica para ser un buen combatiente con armas de fuego; solo se necesita la determinación de alcanzar la competencia suficiente, definida por estándares rigurosos y exigentes.

¡Entrena cada vez como si mañana tendrías un enfrentamiento armado, que tu vida dependiera de ello, ya que, en una situación real de combate, no hay segundas oportunidades!

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