
En el análisis de la Teoría Gráfica del Conjunto de Riesgo se representa cómo se genera una situación de riesgo real cuando confluyen tres factores clave: intención, capacidad y oportunidad.
Cuando un civil posee un arma de fuego, es fundamental comprender cómo estos tres elementos interactúan y cómo pueden influir en que una situación se transforme o no en una amenaza real. Desde una perspectiva defensiva y dentro del marco de la legalidad argentina, es necesario analizar el uso del arma no como una herramienta de poder, sino como un recurso extremo frente a situaciones específicas que amenacen la integridad propia o ajena. Este enfoque implica una reflexión responsable sobre la motivación, la preparación y el contexto de cada posible uso.
Cuando un civil obtiene en argentina la Credencial de Legitimo Usuario se le otorga por un plazo de 5 años la Tenencia Legal de armas de fuego para su uso con fines Lícitos en lugares habilitados para tal fin. Ahora el “conocimiento adquirido en una o varias clases no es eterno, ni los lugares son infinitos”, por eso es importante entender las responsabilidades de seguridad y obligaciones morales que debe tener en cuenta en todo momento.
ANÁLISIS DE LOS FACTORES Y SU INTERCONEXIÓN

Awareness and Improve Personal Safety – Donna Miles
1. INTENCIÓN DE HACER DAÑO: La intención es el motor interno que lleva a una persona a pensar en causar daño. Puede desarrollarse por razones emocionales, ideológicas, o a través de experiencias traumáticas. La intención por sí sola no representa un riesgo inmediato, pero es el primer paso que debe estar presente para que ocurra un acto violento.
Conexión: Si se combina con CAPACIDAD, surge una amenaza real.
Si se combina con oportunidad, puede evolucionar hacia un ataque si surge la capacidad disponible (ej., encontrar un arma, objeto contundente o entorno favorable).
2. CAPACIDAD DE HACER DAÑO: Este factor hace referencia a los medios físicos o técnicos para llevar a cabo un ataque: armas de fuego, cuchillos, objetos, explosivos, fuerza física, etc. Por sí sola, la capacidad no implica violencia, pero es potencialmente peligrosa si se cruza con intención o con oportunidad.
Conexión: Si se combina con INTENCION, forma una amenaza inmediata.
Si se combina con oportunidad, se eleva el riesgo de uso accidental o impulsivo de la capacidad para dañar (como puede suceder con portación negligente de armas).
3. OPORTUNIDAD EXPLOTABLE: Este círculo se refiere a los factores de vulnerabilidad personal y del entorno: distracción, rutinas predecibles, confianza excesiva, uso de dispositivos, falta de vigilancia, etc. No requiere intención ni capacidad por parte del agresor: somos nosotros quienes generamos esa oportunidad.
Conexión: Si se cruza con INTENCION o CAPACIDAD, aumenta la probabilidad de que el daño ocurra.
Cuando se combina con ambas (intención y capacidad), abre la puerta directa al daño efectivo.
4. AMENAZA (INTENCIÓN + CAPACIDAD): Una amenaza es cuando una persona tiene la intención y los medios para actuar violentamente. Sin la oportunidad de actuar, esta amenaza puede ser contenida o disuada. Pero si existe una oportunidad, el daño puede concretarse.
5. RIESGO DE DAÑO (INTENCIÓN + CAPACIDAD + OPORTUNIDAD): Este es el punto de máxima alerta. Cuando se combinan los tres factores, se da la condición óptima para que ocurra un hecho de violencia.
Ejemplo realista: Un asaltante armado (capacidad), con deseo de robar (intención), y una víctima distraída en una parada de colectivo (oportunidad).
Este modelo de riesgo es una herramienta poderosa para la conciencia situacional. Nos enseña que:
- Eliminar o reducir la oportunidad es la estrategia más directa que podemos controlar.
- Detectar señales tempranas de intención (actitud, lenguaje corporal, conducta) nos permite actuar preventivamente.
- Evitar ambientes que faciliten la capacidad (zonas peligrosas, poca iluminación, aislamiento) reduce la probabilidad de encuentros violentos.
LLEVEMOS ESTO A LA LEGITIMA DEFENSA
INTENCIÓN: Se refiere al motivo o razón que impulsa al civil a portar o usar un arma. En Argentina, el Código Penal regula la legítima defensa (artículo 34 inciso 6°), pero exige que el uso de la fuerza sea proporcional a la amenaza. La intención debe estar guiada por el deseo de preservar la vida o evitar un daño grave, y nunca por venganza, impulso o malentendido. Intenciones legítimas incluyen la protección personal y de terceros, la preservación de la libertad individual y el cumplimiento de la ley.
CAPACIDAD: No basta con tener un arma; hay que saber utilizarla. La Ley Nacional de Armas y Explosivos (Ley 20.429) establece que toda persona que quiera poseer legalmente un arma debe demostrar idoneidad mediante cursos y certificados. La capacidad implica entrenamiento, conocimiento legal, manejo emocional y técnico del arma, así como la capacidad de evaluar riesgos sin improvisación. Una persona capacitada sabe cuándo no disparar es más sabio que hacerlo.
OPORTUNIDAD: El uso del arma solo es justificable si no hay otra salida razonable y la amenaza es inminente. El Código Penal contempla el principio de necesidad y urgencia: si el riesgo puede evitarse de otra manera, el uso de la fuerza armada no está permitido. El momento, el lugar y las condiciones son esenciales. No todo riesgo habilita el uso de un arma. Debe existir una verdadera oportunidad legítima, no una interpretación subjetiva del peligro.
Ahora bien, estos tres elementos deben analizarse junto con seis motivaciones claves que surgen desde una óptica defensiva:
- Protección personal y de los seres queridos: Dirige la intención hacia un objetivo lícito, refuerza la preparación (capacidad) y condiciona la oportunidad de uso ante amenazas directas.
- Preparación ante un escenario de riesgo: Aumenta la capacidad técnica y emocional, y permite una evaluación más objetiva de las oportunidades reales.
- Desarme de agresores: Requiere gran dominio técnico (capacidad) y discernimiento ético en la intención. Solo es válido cuando la oportunidad lo permite sin poner en riesgo a inocentes.
- Prevención de daños colaterales: Fortalece la capacidad de juicio, reduce riesgos innecesarios, y exige un control total de la intención. Tiene alto impacto en decisiones relacionadas con la oportunidad de disparar o no.
- Preservación de la libertad y autonomía: Enmarca la intención dentro de un derecho, pero impone límites claros desde la capacidad (uso legítimo) y desde la oportunidad (no en cualquier contexto).
- Cumplimiento con la legalidad y responsabilidad jurídica: En Argentina, la portación sin causa o fuera del marco legal configura delito (Ley 25.886 y modificaciones al Código Penal).
La intención debe estar alineada con la normativa, la capacidad debe ser certificada, y la oportunidad debe ser legítima y demostrable. Estos factores no solo definen si existe un riesgo real, sino también si estamos ante una simple amenaza (intención + capacidad sin oportunidad), un escenario sin ataque (intención sin medios ni contexto), o una situación sin impacto (capacidad sin intención ni contexto). Romper la intersección entre intención, capacidad y oportunidad es la clave para evitar conflictos, daños colaterales, lesiones a inocentes, consecuencias legales y uso indebido del arma.
Esto implica que tener un arma: exige criterio, formación, empatía, y respeto por la ley.-